¿Por qué es tan peligrosa la central de Fukushima?


A la mayoría de la población se le ponen los pelos de punta ante cualquier noticia de una central nuclear por el gran desconocimento que existe sobre esta tecnología, (aunque la noticia consista en que está recargando combustible en una parada programada) y lo cierto es que los incidentes que pueden ocurrir en una de estas instalaciones pueden ser muy diversos y también, por supuesto, su grado de peligrosidad.

Descartado el riesgo de una explosión nuclear en una central, que no puede ocurrir jamás porque su combustible no tiene la capacidad de producir una explosión atómica ni siquiera aunque se intentase, la peligrosidad asociada a estas instalaciones se relaciona con que exista algún escape de material radiactivo, que como sabemos, puede llegar a ser perjudicial para la vida si el organismo se ve expuesto a unas dosis elevadas de radiación.

Por ejemplo, en los reactores de Fukushima –que son de agua ligera en ebullición-, casi toda la radiactividad contenida en el agua del circuito primario –agua que entra en el reactor, se calienta y es la encargada, en forma de vapor, de mover la turbina que generará la electricidad- es fundamentalmente nitrógeno-16, un radioisótopo de vida muy corta - 7 segundos- y por tanto, no exponiéndose a un escape de agua contaminada, los primeros minutos, no habría peligro alguno.

La mayoría de los elementos que pueden formar parte de un escape de gas de la central, poseen vidas relativamente bajas, por lo que en dosis pequeñas y tras un tiempo de semanas o meses en la mayoría de los casos, carecen de peligrosidad. Sin embargo, hay un elemento que no cumple esta regla y que es temido por su actividad y virulencia: el plutonio, que posee 15 isótopos y que sólo existe si se crea artificialmente en reacciones nucleares que transforman uranio en plutonio.

En resumen, la presencia de plutonio agrava considerablemente el alcance de un accidente nuclear.

En la central de Fukusima, uno de los 6 reactores posee más cantidad de plutonio de lo habitual –lo normal es que haya una presencia muy pequeña en el combustible usado- debido a que forma parte de su propio combustible, es decir, que cuando se realizan las recargas de combustible, éste lleva un contenido de plutonio- 239 de hasta un 10%.

El MOX

Cuando se recarga el combustible de una central nuclear, en cada 1000 kg de combustible usado –de residuos tal y como ahora se conciben- 955 kg son de uranio y algo más de 8 kg de plutonio. Sólo unos 35 kg son residuos verdaderos.

Con este uranio y plutonio es posible preparar nuevo combustible, el MOX (Mezcla de Óxidos de uranio natural, reprocesado y de plutonio), con el que pueden funcionar reactores de agua ligera como los de Fukushima y eso es lo que estaba sucediendo con el reactor nº 3, que le venía comprando MOX a Francia. La proporción de plutonio en el MOX oscila entre el 3% y el 10%.

De ahí el riesgo de que haya vertidos de plutonio.

Un poco de historia

Tras el discurso del presidente Eisenhower a la ONU en diciembre de
1953, al que se llamó “Átomos para la paz” la energía nuclear quedó disponible para uso civil.

Ahora bien, se generaron unas expectativas desmedidas, pues algunos llegaron a pensar que la electricidad sería tan barata y abundante que ni siquiera harían falta contadores, al menos en las casas.

El proyecto que se concibió, fue el de dotar a los países más desarrollados de programa nuclear basado en un ciclo de combustible cerrado, es decir, que permitiese reprocesar el combustible gastado –más rigurosamente habría que decir irradiado, pues nunca llegaría a gastarse- y volver a utilizarlo en reactores de neutrones rápidos (Fast Breeder Reactors ó FBR) que pueden funcionar con altas concentraciones de plutonio como elemento principal.

¡Qué paradoja! El mortífero plutonio-239 sería el combustible que nunca se gastaría.

Y no se gastaría nunca porque en uno de estos reactores se produce plutonio-239 a partir de uranio-238 (barato y abundante) a un ritmo mayor del que se consume en las fisiones que producen el calor y la electricidad.

El mito del ave fenix se hacía realidad … no es casualidad que el reactor de neutrones rápidos más famoso de la historia llevase por nombre Superphoenix (construido y operado en Francia) ... (por cierto, objeto de un intento de ataque con misiles que el terrorista Chacal habría sumistrado a un grupo de ecologistas extremistas).

El proyecto era fascinante, pero, en mi opinión, la falta de un programa de colaboración internacional, como los desarrollados para la Estación Orbital o para el proyecto de fusión ITER, ha tenido como consecuencia que ninguno de los países que lo han intentado por separado haya podido encontrar una solución técnica totalmente satisfactoria y segura, a pesar de que ha habido y hay gran nº de estos reactores en el mundo, más como laboratorios de investigación que porque esté justificado su uso comercial.

Sin embargo, sí se ha desarrollado una solución intermedia, la fabricación de MOX a partir de los “residuos” reprocesados de las centrales en funcionamiento, que a su vez, alimenta como combustible a algunos reactores convencionales …

… como el nº 3 de Fukushima.

De ahí la extrema peligrosidad de que desde él se produzca un vertido de combustible, que contendría plutonio y neptunio.

En otros artículos seguiré explicando las características de los reactores de neutrones rápidos y el fascinante y controvertido concepto, asociado a ellos, de que la energía nuclear es una energía renovable e inagotable ... aunque antes, si la actualidad me lo permite, volveré a la carga con las energías verdaderamente limpias.

Saludos.
La energía más limpia es la que no se consume.

6 comentarios:

feluky dijo...

Muy esclarecedor como siempre tu Post, tanto qua acojona un poco.

Abrazos.

innopolis dijo...

lo que acojona es lo de que "no se necesitarían contadores", pues, habría más paro entre los que leen los contadores, je, je, no hay mal que por bien no venga.

Fdo : ZP.

Unknown dijo...

Fantástico post y muy claro. A ver si lo lee Sánchez Dragó.

Amigo de la Dialéctica dijo...

Hola amigo, una muy interesante aportación. Hemos de impulsar decididamente la divulgación científica para que los ciudadanos puedan decidir su futuro en libertad y con conocimiento y conciencia de por qué apuestan. Un abrazote amigo.

Anónimo dijo...

Los reactores rápidos son el único futuro posible y realista a la energía

Félix dijo...

Gracias amigos.

La información nunca debe aportar más miedo, aunque su contenido sea delicado.

Uno de los problemas que tenemos con este tipo de energía es el rechazo social sin componente racional –es decir, al margen de un posible rechazo argumentado- lo cual ha sido alimentado también por el ocultismo con el que los gobiernos han manejado la fisión, posiblemente por su vertiente militar.

Como siempre, el conocimiento nos hace un poco más personas y posibilita que nuestras opiniones posean mayor fundamento.

En mi caso, aunque sigo pensando que la energía nuclear debe ser un ingrediente del mix hasta que podamos abastecernos con energías limpias –si es que lo logramos-, no me cabe ninguna duda respecto a que este accidente debe implicar un nuevo concepto de los estándares de seguridad en todo tipo de instalaciones potencialmente peligrosas, lo cual necesariamente costará dinero, que creo que hay que asumir si queremos avanzar hacia en ese importante terreno.

Saludos