El hidrógeno un combustible sin emisiones
Cualquiera que haya estudiado algo de química, asocia casi intuitivamente la palabra combustión con “quemar” y desde luego la acompaña de emisiones en forma de gas de los productos de la reacción, que en el caso de los hidrocarburos o el carbón, como sabemos, están mayoritariamente compuestos por CO2, uno de los gases que causan el efecto invernadero que está provocando el cambio climático que podría romper los equilibrios ecológicos en nuestro planeta.
Ahora que los precios del petróleo no cesan de subir, entre otras cosas porque China -ese gigante que despierta- y la India aumentan su demanda también sin cesar, podemos ver con claridad que la dependencia que mantenemos con los combustibles fósiles es, además de medioambientalmente insostenible, ruinosa desde el punto de vista económico
Hoy mostramos un tipo de combustión limpia, la del hidrógeno. Esto implica que se puede utilizar como combustible en turbinas y motores que ahora emplean gas o derivados del petróleo con la ventaja de que las emisiones serán ...
.... simplemente agua en forma de vapor.
Esta posibilidad se une a otra más eficiente aún que no pasa por convertir calor en energía mecánica y que se basa en las celdas de hidrógeno, de las que hemos hablado en varias ocasiones.
La ventaja de “quemar” hidrógeno radica en que sería relativamente sencillo adaptar las tecnologías existentes de motores y turbinas actuales, para que empleasen este elemento como combustible y por ello, podrían ser competitivas económicamente a poco que se realizasen los esfuerzos necesarios.
Como siempre, es preciso que quienes se ocupan de la gestión pública tomen decisiones de inversión en I+D al respecto y, sobre todo, que faciliten las cosas para que empresas emprendedoras puedan acometer proyectos de adaptación de tecnologías antiguas, transformándolas en el sentido que indicamos.
En el siguiente artículo se muestra la opinión al respecto de expertos del INTA:
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El gran potencial de las tecnologías basadas en la combustión del hidrógeno radica en el aprovechamiento de la estructura industrial actual. Tanto los motores de combustión interna como las turbinas de gas son sistemas de generación de alta fiabilidad y limitado desembolso inicial, debido, fundamentalmente, al gran desarrollo industrial que han tenido durante las últimas décadas. Frente a las pilas de hidrógeno, con sistemas de producción aún artesanales, los sistemas de generación de energía basados en la combustión de gas tienen un gran respaldo industrial.
En la actualidad, marcas constructoras de automóviles, como Mazda y BMW, se están posicionando para el empleo del hidrógeno en motores de combustión interna, ...
Las pruebas realizadas en motores de combustión interna dan como resultados mejores eficiencias en la combustión que los motores convencionales debido a que permite mezclas combustible-aire más homogéneas ...
El inconveniente es obtener una combustión controlada. ... la mayoría de estos problemas pueden ser controlados con un exceso de aire en la mezcla, mejoras en el sistema de refrigeración que eviten zonas calientes, recirculación de los gases de escape o inyección de agua.
En cuanto a las turbinas de gas operadas con hidrógeno, el gran potencial de las mismas asociadas a la generación vapor en ciclos combinados lo convierten en la tecnología más prometedora con el inconveniente de las altas temperaturas alcanzadas en la reacción de hidrógeno con aire. Para solventar este problema se suele recurrir a la inyección de agua adicional, lo que permite ajustar la temperatura de la combustión.
Además de todo lo enunciado, se debe tener en cuenta las particularidades del hidrógeno. Su principal fortaleza como combustible es el nivel de emisiones cero que se puede lograr teniendo en cuenta que el único producto de la combustión, es vapor de agua, y su principal debilidad es su baja densidad energética en términos volumétricos (energía / volumen) lo que conlleva la necesidad de grandes volúmenes de acumulación.
Saludos.
La energía más limpia es la que no se consume.
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5 comentarios:
Hola amigo:
Como bien expones, es preciso que quienes se ocupan de la gestión pública tomen decisiones de inversión en I+D al respecto y, sobre todo, que faciliten las cosas para que empresas emprendedoras puedan acometer proyectos de adaptación de tecnologías antiguas, transformándolas en el sentido que indicas.
Pero los que están en lo público están a lo que están y la evidencia que a diario observamos lo demuestra.
Esperemos que seamos capaces de poner en funcionamiento algo, entre todos, que impulse este tipo de políticas. De dejar a los de siempre obtendremos lo de siempre.
Recibe un abrazote amigo.
Has dicho a veces que además el hidrógeno se puede obtener con energía solar, ¿no?
Así es amigo Dialéctico, mucho más interés es preciso que demuestren en estos asuntos, porque nuestro futuro depende de ello.
Acabo de leer en el periódico la imputación de la alcaldesa de tu ciudad y los (presuntos) chanchullos que hacían para adjudicar las obras sin licitación pública ... lamentable y buena muestra de lo que hablamos.
José, el hidrógeno puede formar un buen tandem con las renovables, pues los excedentes eólicos nocturnos o solares en momentos concretos, pueden utilizarse para obtener hidrógeno del agua, y acumular así esa energía que de otra forma se pierde o malgasta.
Saludos
Hola amigo HELIOS, solo mandarte un saludo, que estamos un poco difusos, por estos lugares y os tengo muy abandonados.
Abrazos.
Son tiempos densos y extraños, amigo Feluky.
Esperemos salir de ellos habiendo hecho las reformas precisas, en todos los sentidos, para tener mayores garantías acerca de que los de siempre no vuelvan apagar los platos rotos.
Saludos
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