Biocombustibles ¿salvación o miseria?


Muchas son las expectativas que han generado estos combustibles entre las personas interesadas en el cambio del actual modelo energético por uno más respetuoso con el medioambiente, pero la controversia creciente que han generado hace que a día de hoy sea complejo posicionarse respecto a ellos.

En esta entrada resumo el artículo que podéis obtener íntegro en la sección de Documentos de interés y que escribí con el fin de facilitar que cada cual haga su análisis, pero desde este momento anticipo que como cualquier otra tecnología, esta no es buena o mala por sí, sino que cómo se use, cómo se desarrolle o cómo se introduzca en las sociedades, determinará si viene a mejorar las condiciones de vida de la humanidad …. o sólo de unos pocos.

Modelo energético basado en los combustibles fósiles y deterioro medioambiental

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Hoy se acepta de manera generalizada que hay indicios suficientes como para pensar que podríamos estar asistiendo a un aumento de la temperatura media del planeta que tendría detrás la mano del hombre en general y el aumento de las emisiones de CO2 en particular. Un calentamiento que podría tener graves consecuencias sobre la vida en la Tierra tal y como la conocemos, pues acarrearía alteración de los equilibrios medioambientales, aumento de la superficie de desiertos, elevación del nivel de los mares con la consiguiente inundación de tierras abundantemente habitadas, etc.

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El aumento de la concentración de este gas en la atmósfera (CO2) provoca que aumente el efecto invernadero, que consiste en que la radiación infrarroja que emite la superficie terrestre al recibir la radiación solar, no pueda abandonarnos, lo que provoca que la Tierra se caliente más de lo debido. Un aumento de hasta 2 º C a nivel global, se consideraría más o menos aceptable, pero aumentos superiores provocarían desequilibrios de consecuencias imprevisibles.

El CO2 que hemos emitido en las últimas décadas, por sí solo, parece ser suficiente como para que ya estemos en condiciones de provocar ese aumento de 2º C, lo cual indica que de no reducirse drásticamente las emisiones globales no podríamos poner freno al problema. Sin entrar a valorar las dificultades que existen para que una medida de este tipo se hiciese efectiva, dado que el 17 % de la humanidad (los países de la OCDE) emiten la mitad del CO2 y la otra mitad (unas 13.000 millones de toneladas anuales) lo emiten países que aumentan su población y su consumo energético basado en las fuentes más baratas (carbón por ejemplo) y contaminantes, hemos de aceptar que el camino actual sólo nos lleva al abismo.

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La biomasa y su potencial energético

Uno de los recursos energéticos posibles en este nuevo modelo, es la biomasa, es decir, la materia vegetal que encierra depósitos de combustible susceptibles de ser quemados para obtener calor o electricidad o transformados en biocombustibles.

Este recurso puede ser renovable y no contribuir al aumento de las emisiones a condición de que el balance de emisión al consumir y absorción por la planta al crecer sea favorable, lo cual se consigue si se planta tanta masa vegetal como se consume.

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El prefijo bio y el marketing asociado

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Una vez más hemos de apelar a la responsabilidad y a la necesaria formación de los ciudadanos, en primer lugar respecto a sus hábitos de vida y consumo, y como otras veces, la ausencia de poderes públicos que sepan compatibilizar desarrollo y conservación, unas veces por defecto y otras por defecto, debe mover a los ciudadanos informados a ser críticos con sus gobernantes y a exigirles políticas inteligentes, diseñadas por expertos que conozcan la materia y no se dejen engañar no por ecoextremistas ni por tiburones de los mares del omnipotente y omnipresente mercado.

El hecho de que estos combustibles lleven el prefijo bio es en la actualidad más una cuestión de marketing que otra cosa, pues su obtención no está exenta de abusos medioambientales (y sociales) de diversa índole, lo cual provoca que la denominación agrocombustibles sea más precisa. Nosotros las iremos alternando por no despreciar de entrada la acepción ecológica, por posible si existiese voluntad.

Tipos de agrocombustibles

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Agrocombustibles de última generación

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Pero ¿son todo ventajas? obviamente no. El nacimiento de estas tecnologías fue vislumbrado por muchos como el del nacimiento de nuevas posibilidades para algunas zonas pobres del planeta que podrían convertirse en productoras, sin caer en la cuenta de que podría suceder justo lo contrario, esto es, que sus escasas tierras fértiles se utilizasen para este fin y no para la producción de alimentos básicos como la soja, el maíz, el trigo o el arroz, por no hablar de las escaladas de los precios de estos productos básicos debido a su utilización en la cuestión que nos ocupa.

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Por todo ello, hemos de decir que los biocombustibles en sus dos dimensiones líquidas (bioalcoholes y biogasóleos) poseen un futuro esperanzador si somos capaces de compatibilizarlos con los siguientes elementos:

1.-No pueden ser un freno para la salida de la pobreza, más al contrario deben facilitar el acceso al combustible a los más pobres sin privarles de sus necesarios alimentos básicos.

2.- No pueden ser un elemento de deterioro del medioambiente. Ojo por tanto con la utilización de transgénicos, con los monocultivos, con el empobrecimiento de la tierra, con los pesticidas asociados, etc.

Conclusiones

El modelo energético asociado a las fuentes fósiles está agotado antes de que lo hagan los yacimientos de carbón, petróleo y gas, a menos que no nos importe abocar al planeta hacia una alteración de sus equilibrios ecológicos de consecuencias impredecibles.

En ese camino los agrocombustibles pueden jugar su papel y proveernos de una cantidad de energía apreciable para sectores estratégicos como por ejemplo el transporte, pero su desarrollo no puede ser obstáculo para que los más pobres abandonen su miseria, más al contrario debería ser una fuente de ingresos para ellos, permitiéndoles añadir a sus cultivos alimenticios los propios de estas tecnologías.

En las áreas más desfavorecidas deben ser los agrocombustibles de última generación, esto es, los que no se extraen de cultivos alimenticios, los que conformen el grueso de las explotaciones, y en todo el planeta compatibilizar su cultivo con técnicas respetuosas con el medioambiente, con control de los usos, de los fertilizantes y de la ingeniería genética asociada.

Con esas premisas tal vez un día se ganen por sus propios méritos el prefijo bio.

Saludos.
La energía más limpia es la que no se consume.

8 comentarios:

Félix dijo...

Amiga Helena, contestando aquí tu comentario anterior, sólo comentar que se trata de un desarrollo más de lo que se está mostrando como “nuevos desarrollos en materiales”. El uso de la nanotecnología está apareciendo con fuerza en los temas energéticos y se están desarrollando tejidos y materiales diversos con variadas propiedades energéticas. Este papel sería un ejemplo, caracterizado por la emisión de “luz fría” de naturaleza electrónica y, por tanto, de alta eficiencia por no perderse energía en forma de calor.

Un día hablaremos de estos logros en nuevos materiales, aunque la fecha que apuntas para que sustituyan a las bombillas tradicionales (2012) es una bonita ilusión onírica del autor del artículo … cuando la mayor parte de la iluminación en el mundo se obtiene aún de la forma más ineficiente que conocemos: bombillas de filamentos incandescentes.

Saludos

feluky dijo...

Amigo HELIOS estoy siguiendo la intención de poner algunas centrales de Biomasa en la zona de Navalmoral de la Mata, proponiendo dedicar esa tierras del Arañuelo de altisima calidad, a la producion de todo tipo de materia de rapido crecimiento, para su aprovechamiento en estas intalaciones. No se muy bien porque, pero me da como un salpullido, cada vez que oigo sobre el avance de estas instalaciones.

Abrazos

Anónimo dijo...

Si esas instalaciones y plantaciones sirven para generar riqueza y crear empleos bienvenidas sean, en Navalmoral o en donde sea. No dejan de ser un tipo de cultivo.

Félix dijo...

Amigo Feluky haces bien en estar vigilante pues de cómo se planifique el desarrollo de estas tecnologías dependerá su resultado final. Económico pero sobre todo, sostenible.

Y en ese sentido, anónimo, no vale todo. No vale que el resultado sea el encarecimiento de productos alimenticios, por ejemplo, ni vale la proliferación de monocultivos que pueden romper equilibrios frágiles, ni vale la inrtroducción sin más de especies que pueden ser invasoras o nocivas, etc.

En definitiva, estamos ante una tecnología que ofrece enormes posibilidades, explotémoslas racionalmente, no anteponiendo la dimensión económica.

Saludos.

innopolis dijo...

Hay otros cultivos interesantes relacionados con la energía Helios.
La fibra de cáñamo y lino se empieza a usar como sustituto de la lana de roca. En este caso, la producción agrícolo no producíría combustibles, pero ayudaría al ahorro por formar aislantes térmicos. Este es un tema a tratar y que está subvencionado: los aislamientos térmicos, o mejora de la envolvente térmica, que suena más bonito, y está incluido en el pacto por Extremadura.
Ahora con el frío, vendría bien amigo. Buen domingo

Félix dijo...

Amigo Innopolis, como sabes las fibras vegetales se vienen utilizando desde hace milenios por sus características aislantes, alegra saber que ahora se busca en ellas un remplazante para determinadas fibras artificiales.

También eres conocedor de los avances en arquitectura bioclimática, donde este tipo de ingredientes aparecen cada vez con más fuerza.

Saludos

Amigo de la Dialéctica dijo...

Hola amigo Helios:

Muy buena entrada y buen debate el surgido entre la tropa.

Todo depende de la planificación y de la sostenibilidad.

No estaría mal algún tipo de industria de este tipo en Extremadura, buena alternativa al tabaco en La Vera.

Recibe un muy fuerte abrazote amigo.

Félix dijo...

En efecto amigo dialéctico, con la planificación adecuada bien pordríamos estar ante una alternativa a cultivos que deben ser sustituidos, como por ejemplo el tabaco de la Vera.

En Extremadura si algo abunda es la tierra y de ella hay que extraer la riqueza que sea posible, pero siempre con cordura, sin poner en riesgo los frágiles equilibrios medioambientales.

Saludos.