Santa Mª de Garoña, economía, renovables, ...

Ahora que los medios de comunicación se interesan por el posible cierre de nuestra central nuclear, en servicio, más antigua (Santa María de Garoña), tras cuatro décadas de servicio, muchos amigos me solicitáis que tratemos el tema en la casa. Procedemos a ello y lo hacemos en el marco de la crisis económica actual y del deterioro de nuestro planeta.

Intensidad energética.- Hemos hablado ya de esta importante magnitud físico-económica que mide cuánto le cuesta a un país, en términos energéticos, producir riqueza. Algo así como la energía consumida por cada euro producido. España no sólo está por debajo de la media de los países más desarrollados de su entorno, sino que en los últimos años la tendencia está siendo negativa, nos separamos más.

La intensidad energética de un país se combina con el coste de la energía que consume y nos da una variable magnífica para entender si su economía es competitiva y si puede crear riqueza, por ejemplo, reduciendo el paro y mejorando la renta per cápita.

¿Y qué tiene que ver una “pequeña” central nuclear en todo esto? Muy sencillo, pues a día de hoy, la energía nuclear, por su bajo coste económico de generación ejerce una influencia notable sobre el control de la intensidad energética. Si la energía que genera la central se sustituye por electricidad obtenida de fuentes fósiles el problema económico no es apreciable, pero sí el medioambiental, ahora bien si es sustituida por energía eólica y no digamos solar –fotovoltaica o termosolar- se penaliza considerablemente esta magnitud y con ella se lastra el crecimiento español (y sabéis que soy un firme defensor de las renovables).

Por tanto, a día de hoy, sólo razones de seguridad pueden justificar el cierre de Santa María de Garoña ... y de Almazaz y del resto de unidades.

Por último ¿en qué se traduce el aumento del coste de la energía? ¿sólo en el aumento del recibo de la electricidad? ¡No! Los costes de producción de bienes son muy sensibles al aumento de costes de la energía, por lo que pequeñas subidas de ésta implican aumentos considerables en el conjunto de servicios y productos consumibles, que en definitiva se traduce en una disminución del crecimiento y de la renta disponible.

¿Abandonamos las renovables? ¡Al contrario! Hay que seguir mimándolas y, sobre todo, investigando para reducir costes y hacerlas casi competitivas y en ese momento estarán listas para asumir todo el peso del cóctel energético ... hasta entonces ¡sensatez en la toma de decisiones!

Saludos.
La energía más limpia es la que no se consume.

2 comentarios:

Andrés Calderón dijo...

Hola Helios!
Es un honor escribir en tu blog.
Una pregunta: ¿crees que se podrían desarrollar energías renovables, o su infraestructura sin la ayuda de la energía nuclear?

A.C. Andrés Calderón.

Félix dijo...

Hola Andrés. ¡Qué bueno verte por aquí!

La cuestión es que tanto las renovables como la nuclear son necesarias hoy. Las primeras porque representan una esperanza real para un futuro inmediato y la segunda porque facilitará el tránsito hacia ese fututo.

Respecto a tu pregunta, sí es posible en el caso de la solar ó eólica. De hecho se desarrollarían más rápidamente, pero a un coste probáblemente incompatible con nuestro actual estado del bienestar.

Saludos