En
España existen algo más de 20.000.000 de turismos de los que la práctica
totalidad aún, consumen combustibles derivados del petróleo, gasolinas y
gasóleos, por lo que generan unas cantidades nada despreciables de gases de
efecto invernadero y otros conteniendo azufre por ejemplo, que contribuye al
deterioro medioambiental por su carácter ácido.
A
ello hay que añadir que los elevados precios de estos combustibles suponen para los usuarios unos desembolsos que
significan un porcentaje muy significativo de la economía familiar, lo que
unido a la fuerte dependencia exterior que posee nuestro país respecto al
petróleo, implica que el abastecimiento supone un problema de índole nacional,
por no mencionar que estratégicamente al ser nuestras reservas (estratégicas)
tan insignificantes, estamos expuestos a las graves consecuencias que tendría
la falta de abastecimiento por cualquier causa.
Si
estos vehículos se moviesen impulsados por motores eléctricos en vez de hacerlo
mediante motores de combustión interna, podríamos plantearnos como objetivo
realista reducir al mínimo la dependencia exterior, pues prácticamente toda la
electricidad extra necesaria podría generarse dentro de nuestras fronteras.
En
efecto, si estimamos un kilometraje medio de 10.000 anuales por turismo y un
consumo también en promedio de unos 150 Wh/km, cada vehículo necesitaría
anualmente unos 1.500 KWh eléctricos, lo que nos da para la flota nacional unos
30.000 millones de KWh o lo que es lo mismo, unos 30.000 GWh.
Se puede consultar el resto del artículo en nuestra web ebikesycarbono.es
La energía más limpia es la que no se consume.
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