¿El AVE es limpio?

En este espacio iniciamos una serie de reflexiones sobre una cuestión más general que el propio título:

¿Es limpio y respetuoso con el medioambiente la utilización de tecnologías basadas en el consumo de electricidad?

La respuesta no es sencilla, pero sí posee elementos objetivamente claros. La sostenibilidad del sistema que utiliza ingenios eléctricos en abundancia, depende de cómo se obtenga esa electricidad.

Es decir, en el caso concreto del ferrocarril eléctrico, no se debe caer en el error de pensar de que al no emitir la locomotora residuos gaseosos a la atmósfera, el sistema es limpio, pues si analizamos el recorrido de la energía eléctrica que consume, es posible que descubramos que ha sido producida mediante una tecnología ineficiente y contaminante. Tal es, en particular, el caso de España, donde más de la mitad de la electricidad se produce mediante la quema de combustibles fósiles, con las consiguientes emisiones de CO2 y de gases contaminantes -conteniendo azufre, nitrógeno, por ejemplo-

Si además le sumamos que el consumo depende del rozamiento con el aire, y que éste aumenta con el cuadrado de la velocidad, observaremos que el AVE despilfarra electricidad para conseguir las cotas de velocidad que lo hacen tan atractivo, por lo que si analizamos su consumo energético por persona transportada y km y lo comparamos con otros sistemas de transporte -por ejemplo con trenes de gasoil de media velocidad- veremos que es disparatado.

En definitiva, el AVE podría ser un medio de locomoción aceptable, a lo sumo, en una sociedad que obtuviese su electricidad de forma limpia y aún así, lo sería mucho más si su velocidad de crucero fuese más razonable, pero no donde la electricidad que consume se genera de forma nada respetuosa con el medioambiente.


Saludos.
La energía más limpia es la que no se consume.

2 comentarios:

gustavo dijo...

Excelente post. Felicitaciones, espero que hagas muchos más como estos..

Gustablog

Félix dijo...

Gracias Gustavo, busco el equilibrio entre el rigor científico y el lenguaje comprensible.