El hidrógeno como vector ... pero no sólo

En esta ocasión haremos una reflexión sobre la capacidad del hidrógeno para participar en los procesos energéticos de los que nos servimos para obtener electricidad. Con frecuencia leemos el valor del hidrógeno como vector energético, es decir, como elemento intermedio en una cadena energética. Así, por ejemplo, se comenta lo interresante que sería para almacenar energía y sustituir a lo ineficientes y contaminantes acumuladores tradicionales -baterías-. El proceso tipo sería aquel en el que mediante la intervención de la electricidad -por ejemplo FV o excedentaria- obtenemos hidrógeno por electrolisis del agua y éste es almacenado -como hacemos con la gasolina- hasta que necesitamos electricidad, que es obtenida en una pila de hidrógeno mediante una reacción redox inversa a la electrolisis, esto es, hacemos que se pongan en contacto hidrógeno y oxígeno -que puede ser incluso del aire- y se transforman en agua desprendiendo electricidad.

Sin embargo no hemos de obviar que la más importante aplicación del hidrógeno no es como vector sino como fuente de energía. Energía atómica de fusión. Ya somos capaces de obtener esa energía de manera descontrloda -y destructiva por desgracia- en las bombas atómicas de fusión. Ahora, en Cadarache (Francia) los países más desarrollados del planeta aúnan esfuerzos para controlar la reacción, como se hizo en su momento con la fisión.

Volveremos sobre el tema en numerosas ocasiones, pero en cuanquier caso, que se olvide que el hidrógeno posee un valor que va mucho más allá de su dimensión de vector energético.

Saludos.
La energía más limpia es la que no se consume.

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