Electricidad y calor solar

La utilización de energía solar está experimentando, afortunadamente, un crecimiento expectacular por varios motivos.

1.-El nuevo código de la edificación de nuestro país, exige que las viviendas de nueva construcción dispongan de módulos solares térmicos para la obtención de ACS (agua caliente sanitaria). Si tenemos en cuenta que el consumo de una vivienda para calentar y enfríar puede ascender hasta más del 60% del total y que los rendimientos de los sistemas de calentamiento solar rinden por encima del 75% cuando le exigimos al sistema que cubra el 70 % de las necesidades de la vivienda, podemos entender las ventajas de estas tecnologías y sus posibilidades para el hogar.

Para poder exprimir sus posibilidades hay que variar los hábitos de la población, sobre todo en un punto: la temperatura del agua caliente que necesitamos no debe ser exagerada, pues basta con unos razonables 30 - 35º para cumplir a la perfección con su función.

2.-Numerosos ciudadanos han descubierto la posibilidad de invertir sus ahorros en energía solar fotovoltaica, gracias a la tarifa regulada que la normativa prevé para su venta a las compañías eléctricas. De esta forma se convierten en empresarios solares, cuyas plantas generan electricidad a partir de un campo de paneles fotovoltaicos, que es facturada a la compañía eléctrica a un precio varias veces superior al que éstas después lo venden a sus clientes, lo cual puede dar lugar a unos beneficios económicos comparables sino superiores, a otro tipo de productos financieros, bursátiles, etc.

Esta posibilidad es especialmente interesante cuando la instalación - de unos 5 kW de potencia pico instalada- se encuentra en el tejado de la vivienda -que se convierte en un tejado solar-, lo cual implica que evitamos el largo camino desde los centros de producción hasta los centros de consumo, con sus pérdidas y sus líneas, pues la electricidad generada será consumida por los vecinos del productor y por él mismo, que dispondrá de dos contadores, uno para facturar la venta y otro para facturar su consumo.

Una normativa excesivamente burocratizada que permite, paradógicamente, que las diferentes administraciones y las compañías eléctricas pongan montones de dificultades a los potenciales promotores y un marco normativo que no ha sido muy estable y aún no genera confianza, además de la no existencia de una línea de créditos específica para el pequeño inversor -cuando experiencias en países vecinos como Alemania han demostrado el éxito de tales medidas-, son los principales impedimentos para que esta modalidad de generación limpia, termine de consolidarse y su potencia instalada alcance cotas realmente importantes, pues pensar en 20, 50 100 MWp debe ser, en un país con tanto sol como el nuestro, algo sensato y deseable.

Saludos.
La energía más limpia es la que no se consume.

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