Se acabó el apoyo institucional a las renovables


El pasado 9 de febrero el congreso aprobaba un nuevo Real Decreto que recorta drásticamente las ayudas a la generación de energías limpias, lo cual supone, entre otras cosas, un frenazo tal vez irreversible a un sector económico-tecnológico que es puntero a nivel mundial.

El fuerte crecimiento experimentado en España durante los años de gobierno socialista, sobre todo en los ámbitos fotovoltaico, termosolar y eólico ha sido posible por las excelentes posibilidades naturales de esta tierra y por el apoyo gubernamental en forma de inyección económica.

Tal desarrollo ha supuesto la generación de conocimiento y experiencia en estos sectores que han posibilitado que las empresas punteras españolas puedan exportar tecnología, aunque sea en forma de proyectos y además está generando una masa de trabajadores cualificados que podrán prestar servicios en otros países interesados por estas tecnologías (todos lo estarán antes o después). Ambas cosas de enorme interés económico.

Para algunas regiones especialmente dotadas de sol, viento y territorio, estas energías estaban suponiendo una potente herramienta para el desarrollo rural, en declive como nunca en este país, pues las fuertes inversiones que acompañan a las instalaciones y los cánones y necesidades de mantenimiento al entrar en servicio, estaban suponiendo un claro revulsivo para sus maltrechas economías.

Ahora parece que todo se esfumará, pues algunos de los sectores más reaccionarios, egoístas e ignorantes del país no alcanzan a entender las innegables ventajas de estas energías, quedándose sólo con una visión cortoplacista que únicamente incluye los costes económicos, sin observar el retorno tecnológico e incluso también económico que tendrán tales inversiones.

Que las ayudas a estas tecnologías deben diseñarse inteligentemente es obvio y que sólo se deben conceder ayudas a proyectos que generen conocimiento y sean innovadores, también, pues lo contrario implica permitir la especulación que tanto ha perjudicado, por ejemplo, al sector fotovoltaico.

Pero de ahí a no entender que España tiene la oportunidad histórica de situarse en los primeros puestos de tecnologías que en el futuro se encontrarán entre las más importantes del planeta, hay un trecho que no podemos permitirnos.

No quiero dejar de comentar el absurdo en que incurren los diputados que por disciplina de partido y falta de personalidad, no dudan en votar una norma que perjudica a las provincias por las que han sido elegidos, como ha sucedido con los diputados extremeños del PP que han apoyado la aprobación de este Real Decreto; con las esperanzas que se habían puesto en estos proyectos en la paupérrima Extremadura, necesitada como está de ofrecer a sus gentes posibilidades que les permitan quedarse en su tierra. Con representantes así es difícil salir del agujero en el que nos encontramos.

Por último, ha dicho el ministro del ramo en el congreso que no es razonable “continuar subvencionando unas energías cuya potencia instalada (106.000 MW) más que dobla los 40.000 MW de demanda punta”. Afirmaciones como esta dan a entender que su señoría no sólo desconoce absolutamente de lo que habla, sino que sus asesores parecen no tener tampoco las cosas muy claras. Los lectores de este portal sí lo entenderán fácilmente:

Una cosa es la energía real que se necesita en un instante determinado y que viene dada por la demanda en ese instante y otra muy diferente la energía que se podría obtener en ese instante, en todo el territorio, si todas las centrales eléctricas estuviesen funcionando al 100% de su capacidad, lo cual implicaría radiación solar perfecta, viento perfecto, centrales de gas funcionando a tope, etc.

Hay tecnologías que deben poseer un gran nivel de sobrepotencia instalada porque dependen de fuentes energéticas muy variables e imprevisibles (solar y eólica particularmente).

Por último nadie se plantea hoy día que no se depuren las aguas residuales porque nos suponen un coste y sin embargo aún pensamos que podemos seguir quemando petróleo, gas y carbón porque son algo más baratos que otras energías más limpias:

Craso error del que es necesario salir cuanto antes, pues la pregunta no debiera ser renovables sí o renovables no, sino a qué ritmo, con qué tipo de ayudas, etc.

Saludos.
La energía más limpia es la que no se consume.

2 comentarios:

cosas de bara dijo...

Hola Helios,
Creo que este recorte fue el primero de los muchos que nos espera.
Cuatro años no son muchos para ciertas cosas, pero cuando consigamos echarlos, puede, que no conozcamos este país.
Muchas gracias por esta entrada, porque parece que a nadie le ha importado el recorte, al menos, no se le ha dado la importancia que tiene este tema.
Bara

Félix dijo...

Así es Bara, este tipo de medidas que van en contra del sentido común no debieran dejarnos impasibles.

Saludos