Dependencia exterior en el suministro energético


Se trata de una de las variables más importantes en el ámbito de la energía y la economía, pues depender de las importaciones en un sector estratégico como este, implica, entre otras las siguientes cosas:

-Pérdida de divisas en las compras, lo cual pone en riesgo la balanza de pagos, que a su vez influye como lastre para la economía del país.

-Incertidumbre en el abastecimiento y en los precios. Dependemos de mercados poco estables –como el argelino de gas e incluso el ruso, que ya puso en jaque al este de Europa hace dos inviernos-, lo cual también es una rémora para nuestra economía y estabilidad.

Nuestra dependencia energética exterior está en el entorno del 80 %, muy por encima de la media de los países más desarrollados y creciendo a lo largo de los últimos tiempos. Cuando España abandonó el programa nuclear, quebró de repente uno de nuestros más sólidos pilares económicos, pues dimos de lado de la noche a la mañana, a todo el conocimiento puntero que se había generado durante varias décadas sobre el terreno, es decir, construyendo y explotando plantas nucleares, fábricas de materiales combustibles, etc.

Aquella medida nos está pasando factura aún, y lo hará durante décadas.

Como elemento sustitutorio de la electricidad nuclear se pensó en el gas y se firmaron acuerdos de abastecimiento con Argelia, un país inestable en una zona inestable, lo cual nos ha dejado en el filo de la navaja.

La otra gran apuesta son las renovables, un mundo de por sí, con diferentes grados de madurez y desarrollo, pues no tienen nada que ver los precios de la eólica con los de la fotovoltaica.

Estas últimas nos acercan a un cambio de modelo energético más sostenible, aunque no poseen la madurez exigible como para su generalización.

Pero volvamos a la dependencia energética. En la actualidad estamos generando del orden de los 50.000 GWh anuales mediante fuentes renovables (15-20 % del total de la electricidad), lo cual implica que dejamos de importar una importante cantidad de gas para este cometido, unos 10 millones de toneladas equivalentes de petróleo (TEP), que en dinero equivale a unos 3.000 millones de euros que no tenemos que dedicar a importar combustibles fósiles.

La empresa Deloitte realizó una simulación que analiza el riego que supone para nuestra economía que uno de nuestros proveedores internacionales nos interrumpiese el suministro un periodo de tiempo relevante, en concreto se analiza qué sucedería si un solo suministrador de gas nos cerrara el grifo durante tres semanas, tal y como hizo Rusia hace dos inviernos con países del este de Europa.

La conclusión es la pérdida de medio punto de PIB y más de 5.000 millones de euros. En tres semanas por solo un suministrador.

En definitiva, aunque siempre defiendo que el apoyo a las renovables es simplemente una cuestión de supervivencia para la especie humana, un ejercicio necesario para evitar que el medioambiente sufra un desequilibrio irreversible, también económicamente poseen un valor relevante en el ámbito de la terrible dependencia energética exterior a la que estamos sometidos y que lastra nuestra economía nacional.

Saludos.
La energía más limpia es la que no se consume.

5 comentarios:

feluky dijo...

Amigo HELIOS yo ya como que estoy aburrido, parece tan claro todo esto que es como si hubiéramos decidido irnos por la barranquera.

Cada día nos parecemos mas a esos animalitos que se van de cabeza por el acantilado y cuando llegan al agua comienzan a nadar con toda su fuerza mar a dentro hasta que se ahogan, o se los comen, que también los tiburones tienen derecho a vivir.

No se si fue ayer cuando leí que habíamos reducido las primas a las solar fotovoltaica, pero con carácter retroactivo pa mas joder.

Abrazos.

Félix dijo...

Amigo Feluky, es cierto que "no siempre" nos movemos en la dirección correcta.

Ahora, con las prisas para buscar un acuerdo en materia energética, nos podemos echar a temblar, pues la energía y el sistema eléctrico no son campos para las ocurrencias, ni para las prisas, ni para el populismo, sino para definir políticas de estado a largo plazo, con argumentos y razones y conjugando economía y desarrollo sostenible.

Saludos

innópolis dijo...

Helios, yo también estoy aburrido, como ya presagiaba Feluky.

Nuestro amigo de la dialéctica parece ser el único que tiene cuerda.
Y es que la situación es asfixiante mientras no haya cambios, por todos los frentes, algo difícil.

En Oxford han programado másters para político, porque según la universidad, "es inconcebible que un técnico o un científico les hable de cambio climático, p.e., y no lo entienda..."
y esa es la cuestión. Bueno, a ver si se hace realidad ese proverbio chino que a mí me gusta tanto: "cuanto más grande es el caos, más cerca está la solución".

innópolis dijo...

Félix, mira este enlace, de la empresa de Ángel Gimeno. Una céntral térmica que funciona con los residuos de madera de las fábricas de puertas de la zona.
Lo malo es que ahora, con el parón de la construcción, alguna fábrica de puertas también cerró.

http://www.infurma.es/es/novedades/noticia/16881.es.html

Félix dijo...

Amigo Innópolis … sabemos lo que hay y hasta lo que no hay, pero eso no puede ser freno para que intentemos cambiar las cosas a mejor.

Sobre la pág. que comentas, se trata de una buena iniciativa, parecida a la que se inauguró en Miajadas hace poco, pero tienen un “pero”:

Para valorar su rendimiento energético, hay que sumar también los consumos de los camiones que llevan la biomasa a la planta y ahí algunas flaquean … e incluso puede que no les salgan las cuentas económicamente hablando, más allá de ejercer de vulgares cazaprimas.

Saludos