Los
seres humanos aprendemos a lo largo de nuestra vida, desde el mismo momento del
nacimiento y dicho aprendizaje es realmente el que nos hace personas, esto es, nos
permite relacionarnos, entender nuestro entorno y aportar a nuestra comunidad.
En
ese proceso formativo existen dos conceptos cruciales que frecuentemente se
confunden y que es preciso entender:
-El
Sistema Educativo.
-El
Sistema Escolar.
El
primero es el conjunto de elementos que intervienen en la formación de la
persona y de él forman parte preferente la escuela, la familia, el entorno y los
medios de comunicación. Estos son realmente los pilares educativos, siendo
preciso que ninguno flaquee para que el objetivo se cumpla.
El
segundo es como acabamos de ver un elemento del primero y, consecuentemente, no
puede educar por sí solo a la persona, aunque ciertamente es el elemento más
importante junto a la familia.
Los
poderes públicos y la Administración, pueden ejercer gran influencia sobre el
Sistema Escolar si existe preocupación pública por la educación, pero no sucede
lo mismo con el resto de elementos sobre los cuales no puede, en la práctica,
actuar directamente.
Al Sistema Escolar se le dota de diferentes estructuras, elementos, modos de organización
y objetivos en cada país y en cada época histórica. Así, tenemos modelos más
humanísticos en los que se prioriza que los ciudadanos adquieran una base
cultural más sólida en saberes generales básicos frente a modelos más
pragmáticos en los que se persiguen habilidades que reviertan en el sistema
productivo directa o indirectamente. Estos últimos modelos son los imperantes
en la actualidad -aunque mal diseñados- en los que se va despojando a los programas de los saberes
básicos en pro de habilidades de dudoso interés incluso práctico.
Por
otra parte, ante las lagunas que presenta en la actualidad el otro elemento
educativo clave (la familia) se van incluyendo en el Sistema Escolar objetivos
relacionados con valores que debieran adquirirse en casa y que con demasiada
frecuencia no se hace (convivencia, respeto, capacidad de sacrificio, etc.) en
detrimento nuevamente de la cultura humanística y el conocimiento.
Hay
que notar también que incluso quienes investigamos y trabajamos con estos temas abusamos del lenguaje
y nos referimos al Sistema Educativo cuando hablamos realmente del Sistema Escolar,
lo cual no es más que otra muestra de lo poco que se habla de educación en este
país, lo que implica que cuando tratamos estas cuestiones no podamos ser muy
rigurosos, en general.
En
definitiva, para que los ciudadanos lleguen a serlo realmente han de estar bien
formados en saberes y habilidades, pero no menos en valores y respeto, para lo
cual debemos dotarnos de un buen Sistema Escolar, con medios adecuados y
profesores a la altura de este reto, pero también las familias deben inculcar
valores básicos a los niños y los medios de comunicación y el entorno no
deshacer el trabajo de las escuelas y de las familias.
Cierro el artículo con una frase de F. Giner de los Rios muy relacionada con todo esto:
El corazón de la persona instruida pero sin educación, está a solo un paso de lo salvaje.
Saludos.
La energía más limpia es la que no se consume.
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