Industria aprueba una prórroga a la central nuclear de Ascó


El mundo de la energía vive un momento apasionante por la cantidad de acontecimientos que se suceden –algunos muy trágicos como en Fukushima- y porque nunca estuvo tan clara la dependencia que tienen las economías de las estrategias energéticas nacionales, que a la vez, han de ser lo más respetuosas posible con el medioambiente.

Un ingrediente que ha venido a complicar más el cuadro: la crisis mundial que padecemos y que está resquebrajando nuestros frágiles estados del bienestar. Queda claro que en un mercado global, sólo tendrán cabida los más eficientes, los que fabriquen más a menor costo o bien, los que aporten conocimiento o experiencia que los demás no posean y también ahí, es preciso que los costes energéticos sean contenidos.

En este contexto, sigo pensando que la energía nuclear tiene un lugar, por la seguridad en el abastecimiento que proporciona, porque no está sometida a vaivenes internacionales y sus precios son estables y predecibles y porque los costes asociados a la generación –y desmantelamiento y gestión de residuos son competitivos-. Estas características hacen que deba ser un ingrediente muy importante en el cóctel energético actual.

¿Pero indefinidamente y creciendo?

No
, hasta que las centrales actuales dejen de ser seguras.

No creo que deba ser una tecnología en la que basemos el futuro energético, sino que ha tenido su momento, con sus luces y sus sombras, que aún dura y que debe ir dando paso, a un ritmo compatible con la situación económica del país, a energías renovables con apoyo de gas en ciclos combinados.

Concretamente, nuestras centrales debieran prorrogarse hasta que los informes técnicos sobre seguridad dejen de ser positivos, pues lo contrario supondrá lastrar nuestra economía con unos costes globales de generación eléctrica incompatibles con la revitalización de nuestra economía.

Ahora bien, durante ese tiempo se ha de creer en las renovables y apoyarlas allá donde exista innovación y buenos enclaves, pues en caso contrario, no podrán estar en condiciones jamás de sustituir a la nuclear a precios razonables o podrán hacerlo pero con tecnologías y empresas extranjeras, lo cual es básicamente igual que lo anterior.

Esta solución de compromiso, creo que es el equilibrio entre las posturas radicalmente pronuclares y las de los antinucleares o los talibanes verdes y no lo digo porque me importe lo que piensan, sino porque entre tales extremos hemos de encontrar una solución de consenso científica, económica y medioambientalmente inteligente.

La central de Ascó ha sido prorrogada

La central de Ascó (I y II) está situada en Tarragona, en la comarca Ribera d'Ebre. Fue conectada a red en 1983 (Ascó I) y en 1985 (Ascó II), 9 y 10 años después de recibir sus autorizaciones de construcción.

Endesa es la propietaria del 100% de Ascó I y del 85% de Ascó II, mientras que el 15% restante es propiedad de Iberdrola.

El complejo nuclear de Ascó está integrado por dos unidades, cada una de las cuales consta de un reactor de agua a presión tipo PWR con una potencia eléctrica de 930 MW. Los reactores de los dos grupos utilizan como moderador y refrigerante agua ligera a presión, que se toma del río Ebro a través de un canal abierto.

Respecto a la generación, durante 2010, Ascó I produjo 8.358,26 millones de kWh, con unos factores de carga y operación de 92,41% y 93,96% respectivamente y hasta julio de 2011 había generado 196.972.292 MWh.

Por su parte, Ascó II generó en 2010 7.641,44 millones de kWh, con unos factores de carga y operación de 84,92% y 86,56% respectivamente y hasta julio de 2011 había generado 192.002.400 MWh.

Cifras todas ellas muy significativas y difícilmente sustituibles en la actualidad.
Pues, bien el Ministerio de Industria acaba de hacer pública la prórroga de diez años de ambas unidades, lo cual como digo es una buena noticia, la única razonable en nuestra actual situación de crisis … y justo lo contrario de lo que venía anunciando el gobierno en relación con su zigzageante política energética.

Industria ha considerado el informe favorable emitido por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) que se basa en el mantenimiento del nivel adecuado de seguridad para continuar su operación y la comprobación del correcto funcionamiento de la central.

El Ministerio de Industria ha renovado la autorización de explotación por diez años más a la central nuclear de Ascó (I y II), según ha informado la Asociación Nuclear Ascó-Vandellós II.

En su decisión, Industria ha considerado el informe favorable emitido por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) que se basa en el mantenimiento del nivel adecuado de seguridad para continuar su operación y la comprobación del correcto funcionamiento de la central.

El ministro informó en el Congreso que la planta de Ascó había superado las pruebas de estrés que el CSN realizó a todas las instalaciones españolas, por acuerdo europeo tras el accidente nuclear registrado en la central nuclear japonesa de Fukushima.

Es una lástima que un gobierno progresista no haya sido capaz de trazar una estrategia energética a medio plazo que sentase las bases de un modelo sostenible y a la vez posibilitase la emergencia de los sectores asociados a las tecnologías renovables.

Saludos.
La energía más limpia es la que no se consume.

1 comentario:

Anónimo dijo...

eSTÁ CLARO QUE LAS CENTRALES NUCLEARES NO pueden soportar el impacto de grandes aviones. En este pais y en este mundo no existe el terrorismo. Los accidentes son siempre imprevisibles.